Camafeos

En estos géneros menores, los camafeos son los más lujosos, limitados a las clases altas y eran usados generalmente como joyas. Tallados en piedra semipreciosa como la ágata, calcedonia, jaspe, amatista y ónix, están considerados esculturas en miniatura desde su apreciación por John Ruskin, cuando hasta entonces se consideraban como una forma de grabado. Esta forma de talla fue introducida en Roma por los griegos helenistas, que fueron los primeros en conseguir un alto grado de refinamiento en este género. Su pequeño tamaño no nos debe inducir a error en cuanto a la pericia requerida para este tipo de trabajo, que requiere una intensa concentración y enorme sensibilidad para trabajar la veta de la piedra y sus diferentes capas para obtener sutiles matices de color y efectos de luz y transparencia. Su datación es muy problemática, y muchas piezas indican que se estaban elaborando en momentos diferentes. Los mejores ejemplares se han convertido en piezas de coleccionista, y entre ellas podemos mencionar la fantástica Gema Augustea, un gran trozo de ónix bicolor tallada con dos escenas compuestas de varios personajes.

 

Durante el periodo imperial, los camafeos gozaban de gran prestigio, lo que inspiró a los romanos a inventar un vidrio, que ofrecía la ventaja de permitir un mayor control sobre el color y la transparencia, pero fue aún más difícil, largo y costoso trabajarlo que la piedra, presenta considerables desafíos técnicos, que aún no ha sido totalmente desentrañado por los vidrieros contemporáneos. Sin embargo se llegó a producir recipientes de camafeo de vidrio con decoración entera tallada, como el famoso Vaso de Portland y el Vaso de las estaciones.

 

Archivo:Kunsthistorisches Museum Vienna June 2006 031.jpg

GEMA AUGUSTEA