MOSAICOS
El mosaico era la decoración lograda por medio de pequeñas piezas de piedra, terracota o vidrio (las teselas), con las que se formaban decoraciones de motivos geométricos o figurados. Se utilizaban para la decoración de los suelos, aunque en algunos casos, en viviendas de extrema riqueza, aparece en las paredes.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. El artista las disponía sobre la superficie, como un puzzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Los motivos decorativos son muy variados. Suelen tener una greca en el borde que enmarca el motivo principal que suele estar en el centro, éste es el emblema. Encontramos varios tipos, dependiendo del tamaño de las teselas:
A) Opus Sectile
- El más rudimentario, imita labores de mármoles o piedra mediante grandes piezas, fragmentos de distinto tamaño de mármol que se acoplan formando un dibujo de tema figurativo o composiciones geométricas (círculos, cuadrados, formando diferentes composiciones).
B) Opus Tesellatum
- Cuando el tamaño de las teselas es superior a 1 cm. Mediante estas pequeñas tesellas, se forman escenas, desarrollando verdaderas composiciones pictóricas.
C) Opus Vermiculatum
- Cuando el tamaño de las teselas es inferior a 1 cm. El mosaico se concibe en este caso como una simple imitación de la pintura, buscándose un acercamiento a los efectos que consigue el pintor con su pincel. Para ello se utilizan cubos sumamente reducidos (de unos pocos milímetros de arista) y se buscan las máximas gradaciones de color.